23 jul 2014


Viana vive con pasión su día grande


Una misa en honor de la Magdalena, el reparto de pastas y una degustación vespertina fueron los actos principales

La cuadrilla Blodimery repartió unas mil raciones de ‘zapatillas’ de jamón. (Fotos: Ana Cenzano)

VIANA - La ciudad de Viana vivió ayer su día grande, dedicado a la patrona, santa María Magdalena. Como ya es costumbre, la jornada comenzó con una misa solemne en su honor. La santa ya descansaba en la iglesia de santa María de la Asunción, a donde fue traslada desde el ayuntamiento el lunes. En ese momento el alcalde, Gregorio Galilea, le entregó, de manera simbólica, la vara de mando para que la custodie durante los días que duren las fiestas. Autoridades de la localidad francesa de La Brede, hermanada con Viana, y también del Gobierno foral acompañaron a la Corporación en los actos religiosos. No faltó tampoco la música de la banda municipal.

Otro de los eventos muy esperados por los vecinos fue el tradicional reparto de la pasta en los bajos del ayuntamiento. En este momento, las autoridades, locales e invitadas, se remangaron para repartir 60 kilos de pastas de las dos panaderías de la ciudad, 30 de Rubio y 30 de Abadía y también moscatel. En este acto no caben las novedades, la tradición se respeta a rajatabla y por eso se reparten las pastas que se llevan haciendo en Viana toda la vida: magdalenas, pastas de nata, españolas, sobadillas y mantecados (normales y almendrados).
En los eventos del día de la patrona como la procesión o el reparto de la pasta participan más los mayores que los críos. Los niños prefieren acudir a su pasacalles de todos los días. No les cansa y repiten mañana y tarde durante todas las fiestas. Entre los corredores del pasacalles de ayer se encontraban tres primos, Aimar García de Jalón, de 9 años, Iraia Álvarez, de 4 y Lucía García de Jalón, de casi 2. Aimar es un asiduo al pasacalles. “Le hago levantarse a mi madre, pero luego corro solo”, comentaba. Aseguraba que el cabezudo que más le gusta es el Torero, porque es el que mejor corre, aunque va con cuidado. “Guardo una buena distancia para que no me den en el culo”. Por su parte, Iraia decía no haber tenido miedo nunca. “Bueno, sólo me asustaban un poco cuando tenía cero años”, decía convencida. Al igual que su primo, tiene debilidad por Torero. Lucía todavía es pequeña para correr por su cuenta en el pasacalles así que Aimar, además de disfrutar, ya ha asumido la tarea de cuidar de ella y la llevaba de la mano.
Como en las fiestas vianesas la gastronomía es realmente importante, los vecinos tuvieron también su momento de avituallamiento por la tarde. La cuadrilla Blodimery se encargó de repartir las casi mil raciones de zapatillas de pan con jamón y de prepararlas de antemano, pero para que estuviesen en su punto, pasaban por la plancha justo antes de ser servidas. Mientras terminaba el espectáculo del coso taurino, la casa Añoa se llenaba de vecinos y visitantes haciendo fila para recoger su ración.

Viana suma un día a las fiestas


La ciudad inició ayer seis jornadas festivas en honor a Santa María Magdalena y a Santiago

Viana: una vida dedicada a las fiestas


Alberto Tolosa, Juan Manuel Olañeta y la charanga Miracueto, homenajeados por el Ayuntamiento por su contribución a mejorar las fiestas
Los homenajeados, al final de la calle Mayor, junto a las ruinas de San Pedro (uno de los lugares más transitados en fiestas). (Foto: Ana Cenzano)

VIANA - El Ayuntamiento de Viana quiso homenajear en el día del chupinazo a quienes han dedicado buena parte de su vida a participar en las fiestas, ayudando a disfrutar a los vianeses. Los reconocimiento han sido para Alberto Tolosa Sainz, conocido en Viana como Hache y quien ha llevado durante años los gigantes, cabezudos y, también, el toro de fuego. Otra mención tuvo Juan Manuel Olañeta Mendaza, director de lidia en los espectáculos taurinos de la plaza del coso. El Consistorio también quiso hacer un homenaje a la charanga Miracueto que, durante 43 años, ha animado las calles de Viana poniendo notas de alegría a los vianeses y acompañando en el pasacalles. El grupo musical está integrado por diez músicos: Juan García Alguacil, Luis Navaridas García, Eduardo Martínez Murguiondo, Manuel Chasco Corres, Miguel Ángel Riaño Marauri, Toño Galar Abadía, José Ángel Bernechea Arina, Miguel Ángel Duque Ibarrondo, Óscar Martínez García y Borja Apellániz García, que estas fiestas harán sus últimas actuaciones.
Todos los homenajeados se retiran ya del mundo festivo y el Ayuntamiento no ha querido que se vayan sin tener un recuerdo y un reconocimiento de parte de toda la ciudad de Viana.
POLIVALENCIA Gregorio Galilea, alcalde de la ciudad, manifestó su orgullo por “la respuesta que siempre han dado la charanga Miracueto y su predisposición para que todos los días de fiesta fuesen entrañables”. Tuvo palabras también de agradecimiento para Alberto Tolosa Hache, de quien recordó sus tiempos de bailar gigantes, llevar cabezudos y el toro de fuego. “Es una persona querida y conocida por todo el pueblo, tanto por mayores como por pequeños, y quiero agradecer su buen hacer con este ayuntamiento”, añadía Galilea.
De Juan Manuel Olañeta, recordó el duro papel que tuvo que asumir como maestro de lidia, al sustituir al torero profesional, Rubito. “Olañeta realizó su trabajo con profesionalidad, siempre en su sitio y atento a evitar revolcones o que éstos fuesen menores”, recordaba.
Como representante de la ciudad de Viana quiso dar las gracias por la responsabilidad y el compromiso de estas personas, imprescindibles durante las fiestas.
Por su parte, los homenajeados manifestaron su emoción ante este reconocimiento. Juan García Alguacil, director de la charanga Miracueto, recordaba cómo han cambiado las cosas en estos años. Sin embargo, reconoce que ellos han seguido siendo la nota alegre de las calles, desde el punto de la mañana hasta la tarde. “Retirarse da nostalgia y mucha pena, pero hay que dejar paso a las nuevas generaciones”, comentaba. Se manifestaba también muy emocionado por la cantidad de vecinos que han querido acompañarles en este acto. “Es una felicidad muy grande contar con una despedida así”, añadía García Alguacil.
BALANCE POSITIVO El maestro de lidia, Juan Manuel Olañeta, también expresaba su alegría en ese momento de la despedida y recordaba sus tiempos en el coso taurino. “Son muchos años y mucha gente a la que me he dirigido en la plaza. Algunos te silbaban y otros te aplaudían, pero yo siempre traté de proteger y evitar peligros”, comentaba. Al igual que todos, hacía un balance positivo de estas décadas de fiestas.
Alberto Tolosa añora los tiempos en los que llevaba gigantes y cabezudos, pero especialmente recuerda al toro de fuego. “Es el que más me gustaba, los chiquillos que no le tenían miedo corrían detrás de mí y eso me hacía mucha gracia”, decía. Aseguraba guardar muy buenos recuerdos de esos años, pero que también llega un momento en que hay que dejar paso a la gente joven. “Ahora vivo las fiestas de otra forma, a todas las horas en la calle pero más tranquillas”, decía.
Decenas de vecinos despidieron con un acalorado aplauso a todas estas personas que han colaborado a que las fiestas fuesen más entretenidas y divertidas. Personajes cuyo temple no decae.

Kraft de Viana lanza al mercado galletas con trigo 'gourmet'

Un cereal cosechado en fincas de Navarra que bajo el sello Harmony pretende mejorar la calidad de producción
Los miembros de la expedición agroalimentaria. Entre ellos varios agricultores, miembros del Grupo AN, Harinas Guría y trabajadores de Kraft Viana.. s.e.

La empresa Kraft de Viana comercializa desde principios de mes sus galletas La Buena María y Digestive de Fontaneda bajo el selloCompromiso Harmony. Un proyecto sustentado por Mondelez Españaque pretende mejorar la calidad de la producción de trigo, limitar el impacto medioambiental y preservar la biodiversidad. La marca lo anunció este jueves en la expedición agroalimientaria que realizaron los representantes de la cadena de producción.

Para el desarrollo de este proyecto, que comenzó a rodar hace tres años, la marca se sustenta en cuatro pilares clave: el abastecimiento a través de productores y proveedores locales, la mejora continua de la calidad del trigo, la trazabilidad en todos los procesos de producción y la preservación de la biodiversidad. Bajo esta nueva fórmula de cultivo sostenible, los agricultores del valle de Yerri y Oteiza sumados a los de Mendigorria, Artajona, Tafalla, Barásoain, Caparroso y Carcastillo recolectaron en 2013 cerca de 20.000 toneladas de trigo para la galletera de Viana. Este año se espera que la producción, aumente cerca del 20 % respecto al año pasado.

En el proceso de producción que comienza en los campos de trigo participan 163 agricultores así como Grupo AN y la harinera Guría. "La adhesión al proyecto siempre es voluntaria y rentable para el agricultor, compensa el esfuerzo y la inversión", aseguró Luis Miguel Arregui, agricultor del programa. El único requisito para el labrador es destinar el 3% de sus cultivos a campos de flores para fomentar las poblaciones de abejas y mariposas y la polinización de éstas en los campos de trigo. La labor de estos insectos que se ha visto reducida su comunidad un 30% en los últimos años puede ahorrar 265 mil millones de euros anuales en todo el mundo.

Una vez recolectado el trigo, y el grano coge la temperatura requerida entre 13 y 15 grados centígrados -proceso que tarda unos meses ya que se introduce en el granero a 38 o 40 grados-, entra en juego la harinera. "El año pasado ya tratamos los primeros granos del trigo del proyecto, que son los que hoy se comercializan. Enviamos cerca de 12 mil toneladas a la galletera de Viana", añadió Elías Torné Lavin de Harinas Guría. 

EXPEDICIÓN 

De los campos de la Valdorba la expedición se desplazó a Viana para ver el proceso de fabricación de las galletas La Buena María y Digestive de Fontaneda, elaboradas con la primera cosecha de esta variedad de trigo. Las dos variedades suponen el 65 % de los volúmenes totales de producción de Fontaneda en España. Se fabrican en dos líneas, B1 para Digestive y B3 para La Buena María, aisladas del resto para evitar cualquier tipo de contaminación. 

La harina bajo este sello de calidad se deposita en el primer depósito -Silo 1-, que tiene una capacidad aproximada de 50 toneladas. Una vez mezclada con los ingredientes principales como glucosa y agua, se transporta a las dos líneas donde entre 20 y 25 empleados distribuidos en tres turnos de lunes a viernes la confeccionan. Tras verificar la calidad de la masa se mezcla con otros ingredientes. "Hay componentes que se añaden a mano. Se pesan y se mezclan", explica Teófilo Mínguez Congosta, trabajador de esta sección de Kraft Viana. 

Después, la mezcla cae por un conducto hasta la sección de troquelado. "La masa de la Digestive se estira y se corta. La buena María requiere un proceso más complejo, tiene que ser más elástica", explica Ascensión Agorreta Ventoso, encargada de las dos secciones. El siguiente paso es la cocción. Cinco hornos doran las masas hasta conseguir el color, la humedad y el desarrollo adecuado para conseguir la máxima calidad. A continuación el producto se enfría y se empaqueta. En cada una de las secciones las galletas pasan controles exhaustivos que aseguran la calidad del producto final.

Santa María de Viana recibe la Bula Pontificia de Clemente V


Se trata de un documento del año 1312 y descubierto en 2011 que dona a esta iglesia navarra la familia García de Jalón

Santa María de Viana recibió este sábado la Bula Pontificia de Clemente V, un documento de 1312 que dona a esta iglesia la familia García de Jalón. 

Al acto asistieron el alcalde de Viana, la familia García Jalón, oriunda de esta localidad, y una representación del Archivo General de Navarra. 

Ha sido el Archivo el que se ha encargado de la restauración del documento y de conservarlo desde que fue descubierto en 2011 entre los papeles y documentos que la familia García Jalón preparaba para donar al Archivo de Navarra. 

Esta bula está escrita en un pergamino alargado y en virtud de ella el papa Clemente V concedía 40 días de indulgencia a los fieles que, confesados, visitasen la iglesia de Santa María de Viana en determinadas festividades, y a los que ayudasen a las obras de dicha iglesia. 

La bula, sin embargo, ponía una condición final y es que consintieran en ello los obispos diocesanos que quisieran confirmarla y tramitarla. 

Así, la bula fue confirmada por 25 obispos, cuyas firmas aparecen en ella, aunque con el paso de los siglos se han perdido todos sus sellos, empezando por el papal, que estaban atados al pergamino por sendas cintas.