Sin embargo, a la vuelta del verano, el equipo directivo ha vuelto a plantear la misma estrategia según comunicaron los administradores concursales verbalmente al comité de empresa, al que advirtieron de la presentación de un nuevo ERE con fecha 1 de septiembre en el que se volvía a pedir la extinción de todos los contratos. El Juzgado confirmó ayer que el expediente había sido presentado.
Tras la alegría previa a las vacaciones, esta es la primera noticia que han tenido los trabajadores una vez finalizado el descanso estival de la fábrica, que cierra en agosto. La decisión que la juez tomó en el mes de julio tenía consecuencias importantes para los bolsillos de la plantilla, ya que al no admitirse el ERE, suponía que la indemnización por despido dejaba de ser de 20 días por año trabajado para pasar a ser 45 días por año en caso de que la empresa decidiese continuar con el cierre de la planta.
Al iniciar el nuevo curso laboral la plantilla ha podido constatar un nivel más bajo de actividad. "Si no se deja salir a los comerciales a vender no pueden entrar pedidos. La empresa está siguiendo la táctica de estrangularse a sí misma", ponía como ejemplo un miembro del comité.
Tres días a la semana
De hecho, al regresar de las vacaciones los empleados se han encontrado con que no hay trabajo para todos los días. pero lejos de solicitar una regulación temporal la empresa ha optado por cerrar los lunes y martes, aunque abona a la plantilla el 100% de su salario.
Con todo ello, los trabajadores se temen que lo que Muebles Salcedo trata de conseguir es que le cuadren los números para que se apruebe la extinción. En el auto de finales de julio la juez señalaba: "La entidad no presenta documentación alguna ni ningún otro tipo de prueba que acredite el descenso de ventas después de la declaración de concurso ni la falta de pedidos ni las gestiones llevadas a cabo para obtener financiación y la imposibilidad o la negativa a recibir las mismas ni el hecho de que otras empresas hayan captado sus clientes. Es decir, no hay ni una sola prueba que acredite, como la misma pretende que la empresa es inviable".
Lo que la juez no negaba es la evidente situación de dificultad en que se halla la empresa que presentó concurso voluntario de acreedores a finales del mes de diciembre. La fábrica de muebles que lleva en Viana desde el año 1969 tras su traslado desde Torrecilla de Cameros es aún una empresa familiar que inició la tramitación concursal con unas deudas declaradas de 7,5 millones de euros mientras que el patrimonio inmobiliario de la empresa estaba valorado entre 11 y 12 millones de euros.